17 de abril de 2014

Jueves Santo: vi a Dios en una cama


En estos días de Semana Santa estoy dando Ejercicios Espirituales a las religiosas Mercedarias de la Caridad, y hoy he vivido uno de los momentos más emocionantes y tiernos de mi vida.
Al terminar la Celebración de la Última Cena, las hermanas y yo hemos hecho una pequeña procesión con el Santísimo. En dicha procesión hemos hecho dos paradas, en dos habitaciones de dos hermanas que por su enfermedad están ya encamadas.
El encuentro con una de ellas ha sido especialmente emotivo. Ella tiene Alzheimer y a veces "no se entera de la cosas", pero de vez en cuando da lecciones de cordura y de fe. Y hoy ha sido uno de esos días. Cuando la visitamos con el Santísimo, ella, que tenía una muñeca en sus manos, la soltó y abrazó con cariño la custodia, la besó y se unió a todas las hermanas cantando. Después le dije que le dijera algo bonito a Dios y me dijo, con dos lágrimas en los ojos, que no podía, que estaba emocionada.
Me llené también de emoción junto a ella (sé que alguna hermana también se emocionó) y tuve que contener las lágrimas porque realmente aquel gesto de ella me ayudó a descubrir a Dios en el Santísimo y en aquella hermana postrada.
Cuando volvía a casa en el carro, venía pensando en aquel momento maravilloso que había vivido, y pensaba: ¿Será que ella, con su Alzheimer, tiene mayor capacidad para "ver y hacernos ver a Dios"? -Probablemente.
Gracias, Señor, por haberte hecho hoy presente en el Sacramento del altar, y estar también en la cama de esta hermana Mercedaria.
Hoy quiero adorar tu Cuerpo y Sangre, Señor. Hoy quiero adorarte en la cama de esta hermana mercedaria donde te he visto claramente.

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