23 de septiembre de 2013

La Virgen de la Merced, nuestra PATRONA


Cuando yo era pequeñito mis padres y mi familia siempre me educaron en la fe cristiana y me mostraron a la Virgen María como modelo y ejemplo. Tuve la suerte de estudiar desde edad temprana con las mercedarias y los mercedarios que me fueron inculcando la devoción a la Virgen de La Merced. Ella protagoniza cada año las fiestas de mi pueblo (Herencia) y ríos y ríos de gente van a visitarla en el mes de Septiembre a besar su pie y pedirle protección a María. En el pueblo, de forma cariñosa, a la imagen que allá se venera le llaman “la Hermosona”, porque su rostro destella belleza y hermosura. Y es que realmente tiene un rostro bien lindo.
He tenido la suerte de predicar en dos ocasiones la Novena a la Virgen de la Merced en mi pueblo natal. La primera cuando era un inocente sacerdote con tan solo un año de ordenado. La segunda fue hace dos años cuando por el fallecimiento de mi mamá (que se llamaba Mercedes, precisamente) estuve varios meses en la comunidad mercedaria de mi pueblo natal.
Desde hace cuatro años vivo en este rincón del mundo. Y una de las cosas que más me agradó al venir fue descubrir que la Virgen de la Merced era aquí también la patrona. Me gustó saber que donde iba a vivir la gente tenía la misma devoción que yo podía tener hacia la Merced.
Aún así, con el tiempo he visto que la devoción de la Merced no está tan extendida como yo pensaba o quisiera.
Quizá hayan influido algunas circunstancias históricas, políticas o religiosas, pero lo que está claro es que NUESTRA PATRONA ES LA VIRGEN DE LA MERCED. Yo no voy a entrar en rivalidades absurdas e ingenuas comparando una advocación de la Virgen con otras. Ya sabemos y repetimos una y mil veces que María es una sola y que lo importante es descubrir en ella a la Madre de Dios.
Pero sí quisiera decirles que podemos hacer mucho más por extender la devoción a nuestra Madre de la Merced. Por dos razones: una, que ha sido, es y será siempre nuestra Patrona; y otra, porque hablar de Merced es hablar de libertad. En nuestro país falta libertad: no podemos andar por la calle porque tenemos miedo a que nos den un palo o nos roben; no nos podemos fiar de la mayoría de los políticos porque también roban; la justicia es una justicia interesada y comprada por los más poderosos; las 24 horas de luz no pueden disfrutarla todos los ciudadanos; no se reciben sueldos justos por el trabajo realizado; los jóvenes estudian grandes carreras universitarias para luego quedarse en el paro o vivir de mala manera; muchos niños deambulan hambrientos por nuestras calles…

¿Qué tú haces para extender aún más la devoción a la Virgen de la Merced?

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