5 de diciembre de 2012

Isabel


     Hola, Mangantes, soy Isabel, la prima de María, aquella que dice el evangelio que se quedó embarazada ya muy mayor... esa misma. Ya saben que mi esposo se llama Zacarías y que juntos tuvimos un hijo llamado Juan, aunque nosotros en casa siempre le hemos llamado Juanito. El caso es que nuestro niño vino cuando menos lo esperábamos. En la juventud, Zacarías y yo lo intentamos muchas veces y siempre decíamos que queríamos tener 4 varones y 3 hembras; en total 7, por aquello de que era un número perfecto. Pero no había forma de quedarme embarazada.
     Cuando ya habíamos desistido y nos habíamos rendido, un día empecé a sentir náuseas y visité al médico. Él me dijo que estaba embarazada. "¿Cómo?" -le dije yo-. "Se está burlando de mí". Era cierto, algo dentro de mí estaba creciendo... EL doctor me mandó máximo reposo, estaba en un embarazo de riesgo. Así que decidí no hacer muchas cosas. De hecho, incluso Zacarías tomó conciencia de mi situación y en los meses de embarazo venía del Templo más temprano a casa, para ayudarme en las tareas hogareñas.
     Un día que estaba tranquilita en casa, entró por la puerta María, mi prima, a la que hacía tiempo que no veía. Nos abrazamos efusivamente y nos felicitamos mutuamente, porque ambas estábamos esperando un niño. Nuestra reacción inmediata fue la de ponernos a rezar y dar gracias a Dios, porque se había fijado en nosotras para llevar en nuestro vientre a los que serían futuramente dos grandes profetas del pueblo de Israel.
     Cuando nos despedimos aquel día, nos deseamos que el parto fuera bien. Y así fue, ambas trajimos al mundo a dos bebés preciosos que llenaron de alegría nuestras casas.
     Ya cuando tuve a Juan, comencé a educarlo y guiarlo en las cuestiones importantes de la vida y en la fe. Él cuando se hizo adulto decidió marcharse al desierto y predicar la Palabra de Dios. Era un orgullo para mí saber que tenía un hijo profeta, pero pasé mucho miedo, porque se metía demasiado con el rey Herodes.
     Bueno, Mangantes, espero que con esta reflexión podáis conocer más cosas de mi vida y les recuerdo que "para Dios nada hay imposible".

2 comentarios:

  1. Lo tuyo es muy fuerte santi,me encanta tu forma de contarnos la historia de los personajes del belen . nuestros personajes y nuestra propia historia.en aquellos tiempos vividos y contados con las palabras de estos tiempos nuestros.como nos dijos jesus:estare con vosotros en todos los tiempos. con tus palabras y tus formas lo sentimos como a nosotros mismos.un saludo

    ResponderEliminar
  2. herenciana que busca5 de diciembre de 2012, 13:20

    Santi,por favor deberias pensarte lo de escribir un libro con tus mangos seria precioso leer tus historias tan originales y tan cercanas,me encanto la del gorrioncito llamado Santi.Tu blog nos sorprende dia a dia ,a nadie se le ha ocurrido nunca contarnos asi las historias de Isabel ...estoy deseando leer la de san JOSE.

    ResponderEliminar