17 de noviembre de 2012

El final de la película

     Cuando alguien quiere ver una película de cine y le pregunta a un amigo qué tal es la película, a veces el amigo cae en la tentación de contar todo el argumento e incluso le narra el final y desenlace. Cuando eso ocurre ya nos quita el deseo de ver dicha película porque ese amigo nos ha contado el final y ya no nos llama la atención porque sabemos cómo termina.
Jesús en el evangelio de este domingo también cuenta a sus discípulos el final de la “película de la humanidad”. Nos da algunas pistas, pero no nos cuenta todo el final, porque entonces no tendría emoción.
     Nos dice que el sol se hará tinieblas, la luna no dará su resplandor, las estrellas caerán del cielo, los ejércitos celestes temblarán… Pero también nos deja algunas incógnitas: El día y la hora nadie lo sabe, ni los ángeles del cielo ni el Hijo, sólo el Padre.
     Y es que Jesús nos deja algunas incógnitas y preguntas para que las resolvamos nosotros y les demos respuesta. Si él nos contara todo el final de la película, todo el Misterio del final de los tiempos, a nosotros ya no nos interesaría ver el final y desenlace del mundo. Nos quedaríamos acomodados esperando ese momento final, perderíamos la ilusión por transformar este mundo y darle otro color. Nos ocurriría como aquel al que le contaron el final de la película, que ya no se siente deseoso de ir a verla porque le han contado el final y pierde la motivación.
     Lo que nos toca a nosotros es no ser impacientes, confiar más en Dios y saber que Él es el que conoce cuándo será el día y la hora. Mientras tanto, trabajemos y luchemos por hacer un mundo más habitable, más justo más humano y más divino.

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