9 de abril de 2012

Amén


     Hace unos días visité a una enferma. Me dijeron que ella había sufrido un ictus y que tenía la mitad de su cuerpo paralizado. Ya sabemos que muchas veces cuando alguien sufre un ictus cerebral le afecta también al lenguaje y tienden a repetir palabras sueltas.
     Pues bien, esta abuelita repetía continuamente: "Amén". Le decía: "¿quiere recibir la Comunión?", y ella respondía: "Amén". Le decía: "¿cómo se encuentra?", y ella me miraba y respondía: "Amén". Era complicado comunicarse con ella y esperar respuestas más allá de ese "Amén" rotundo y claro.
     Todos sabemos que "Amén" (palabra hebrea) significa "así sea", "así es", "efectivamente". Es un término que utilizamos los cristianos continuamente sobre todo en las celebraciones litúrgicas para reafirmar y apoyar las oraciones que el sacerdote u otra persona realizan.
     El que aquella ancianita dijera continuamente "amén" demostraba que era algo que llevaba dentro, muy dentro, que no había olvidado su fe. Pero además, el hecho de responder siempre "amén" demostraba una aceptación inmensa de su enfermedad, de su limitación. Demostraba que estaba en las manos de Dios y aceptaba su voluntad.
     Ante la enfermedad, ¿se puede decir algo más que "amén"?
     Pido al Señor que si algún día yo quedo en esa situación de enfermedad, me ayude a decir "amén", no por resignación, sino porque me fío de Él.

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