24 de febrero de 2011

Un mango para Sonia

     Hola, Sonia, ¿cómo va la vida por Pucela? ¿cómo están esas niñas y niños fantásticos, maravillosos, simpáticos, increíbles y algo inquietos que forman parte de los Crisolitos? ¿y cómo andan esos jóvenes rebeldes, solidarios y comprometidos de Crisol? -Me imagino que bien, espero que bien.
     Te quiero enviar un Mango con sabor musical, como no podía ser de otra manera sabiendo que eres tú la receptora de esta fruta. El motivo es que hace una semana he vivido una experiencia sorprendente en nuestra Parroquia de Ntra. Sra. de Guadalupe.
     Te cuento desde el principio: Hace un mes más o menos, algunos jóvenes seminaristas mercedarios y algunas muchachas de la Pastoral Juvenil decidimos poner en marcha un Coro que se dedicara a dar Conciertos y Recitales, al estilo de lo que hemos ido haciendo con Crisol y Crisolitos en Valladolid.
     El caso es que decidimos ir por los diferentes centros de catequesis (aquí los grupos se reúnen en las casas de los catequistas) y hacerles la propuesta a los niños en directo. Durante dos sábados estuvimos Luis, Ermes, Yasmín y yo recorriendo los grupos de niños. Al llegar a cada lugar nos presentábamos, les contábamos a los niños la idea de formar ese Coro, y luego les decíamos que cantaran, para que nuestra guitarra mágica (una guitarra como cualquier otra pero que dentro tiene un cerebro mágico, imagínate la cara de flipaos de los niños al contarles esa historia) decidiera qué niños son los que cantan "bien" y cuáles son los que cantan "muy bien". Estuvimos presentes en 15 grupos de catequesis, en total entramos en contacto con aproximadamente 200 niños... Todo quedó ahí en incógnita...
     Pasó una semana y llegó el día en el que comenzaba el Coro. Estaban convocados a las 11,00 de la mañana, pero a las 10,30 ya había 20 niños. No es común aquí que la gente llegue puntual, más bien se suele llegar tarde. Siguieron llegando niños, y más niños. ¿Y cuántos crees que llegaron a estar?... ¿has dicho 50? ¿te entendí 70? ¿me pareció oírte 80? -No hija, no acertaste, fueron 104. Y tenemos que dar gracias a Dios, porque de manera acertada pusimos un límite de edad entre 7 y 13 años, si no no sé de qué número estaríamos hablando.
     "¡Madre mía! -me dije-. Yo que me he hecho fraile y he optado por no tener hijos, de repente me salen 104 niños y niñas para que les enseñe a cantar".
     Luis, Yasmín, Carolina y yo, que estábamos allí con los niños, no sabíamos por dónde salir, nos faltaron hojas para anotar a los pequeños.
     No sé dónde irá a parar este Coro, porque es imprevisible, pero es increíble, ni en las mejores quinielas hubiésemos previsto esa cantidad de niños.
     No te cuento estas cosas, Sonia, para darte envidia, sino simplemtente para compartir lo que hemos vivido. Todo esto me ha hecho recordar mucho los comienzos de los Crisolitos, las primeras convocatorias, las primeras Misas, los primeros Conciertos dentro y fuera de la Parroquia...
     Se me ocurre una cosa: voy a mandarte unos cuantos niños para Valladolid. ¿Cuántos quieres? ¿20? ¿30? ¿50? -Estoy de oferta, son gratis...
     Bueno, Sonia, te iré contando cómo van las cosas en este Megacoro. Igual el próximo día no hay ninguno y recibes otro Mango contándotelo. Nunca se sabe.
     Da recuerdos a los niños y jóvenes de Crisol y los Crisolitos. En cuanto tengamos un Concierto preparado nos vamos para España y cantamos juntos.
     Abrazos para ti, y mucho ánimo con la labor musical y evangélica que desde el Coro haces con los niños y los jóvenes.
               Fdo.: El dire del Megacoro

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