16 de febrero de 2011

Mango y Manguillo: la riqueza del Vaticano

     Manguillo: Oye, Mango, ¿no podría traerse a este país toda la riqueza que hay en el Vaticano y repartirla entre los pobres y necesitados?
     Mango: Claro que podría hacerse, pero no merece la pena, Manguillo. La verdadera riqueza no está en las cosas, sino en el interior de las personas y aquí hay mucha riqueza, te lo aseguro.

4 comentarios:

  1. Hola Padre, has tocado ese punto que me duele. Eso que dice mango, es muy bonito, igual que la riqueza que poseen algunas personas, pero por qué no se lo preguntamos a todas esas personas de Haití, que no tienen donde vivir y que pasan hambre, seguro que no les vendría nada mal un poco de toda esa inmensa riqueza que tiene el Vaticano. Sólo con la ropa que lleva nuestro señor Papa, se podría dar de comer a unas cuantas familias. Un abrazo Santi.

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  2. Hola, aunque muchos se sorprenderán al ver mi comentario, estoy totalmente de acuerdo con mi compañera mangante. Jesús fue pobre y por su sencillez llegó a todos, así que el vaticano y toda la iglesia debemos retomar el camino que Jesús nos fue trazando, mostrándonos que lo importante no es lo que entra, sino lo que sale, y hoy yo digo Lo IMPORTANTE NO ES EL COSTO DE LA VESTIMENTA SINO LAS MANOS POBRES QUE PUDEN SER TOCADAS DE BENCIONES CON UN REAJUSTE DE ORNAMENTOS. Muchas bendiciones y de este lado muchas veces se ve más claro, aunque duele más.

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  3. ¡Qué triste que entiendan tan mal el Evangelio! A lo largo de los siglos el amor a Dios ha llevado a los Papas a convocar a artistas para elaborar esas obras de arte que ustedes llaman "riquezas". Si se vendieran esas cosas (cosa que no podría hacerse porque es patrimonio de toda la humanidad) no alcanzaría para dar ni un pequeño pedazo de pan a cada pobre del mundo, y sin embargo, con lo que se recauda año a año por venta de libros, folletos, cuadros, entradas a museos, etc., se alimentan a cientos de miles de niños en el mundo y se saca de la pobreza a millares de personas a través de la tarea callada y desinteresada de misioneros en todas partes.
    Seguramente ustedes, como Judas, se hubieran escandalizado al ver que aquella mujer rompía el frasco de perfume a los pies del Señor. En esa escena queda consagrado para siempre nuestro deber de entregar, incluso a nivel material, lo mejor de cada uno para el servicio de Dios.
    Lo que dicen es ignorancia pura. Y, probablemente, un pecado también.

    LMC (Córdoba, Argentina)

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  4. Respeto su opinión y le pido disculpa si lo ofendí pero, mi intención no fue ofender su fe ni la de los demás católicos como yo, sino ser sincero, y bueno no soy un Judas pero si un discípulo que vive dentro de la comunidad pobre de Jesús.

    No es por ser un sabelotodo pero yo sé claramente la labor que realizan los misioneros en países pobres, pero pongo en duda que todos reciban ayuda del vaticano, muchos de ellos realizan su labor gracias a las ofrendas humanas y monetaria que dan muchas personas desinteresadamente y no es justo ver como los obispos y el papa viste ornamentos extremadamente caros. De esa manera no fue que Jesús llegó a los pobres y no me considero pecador ya que Jesús también le grito las verdades a los antiguos seguidores de Dios y eso es lo que yo hago.

    Pedro Reyes, RD.

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