27 de octubre de 2010

O no llegamos o llegamos tarde

El otro día salí con Luis, uno de los postulantes mercedarios de mi comunidad. Fuimos a un centro comercial a tomar un refresco; y, al entrar, nos encontramos con una señora que pide todos los domingos en la entrada de nuestra Parroquia. A ella le falta una pierna, por eso estaba sentada (o tirada) en el suelo junto a sus dos muletas. La reconocimos y nos acercamos a ella, la saludamos y le preguntamos qué hacía allí. Nos respondió que durante la semana pedía en aquel lugar. Le deseamos una buena tarde y entramos a tomar algo.
Luis, con el corazón más sensible que yo, me dijo: "le podemos ofrecer un refresco, ¿qué te parece?". Asentí con la cabeza y fuimos a pedir nuestros refrescos (el de Luis, el de la señora y el mío). Tardamos cinco minutos en coger la bebida, pagar y llegar a la mesa. Nos asomamos a la puerta para buscar a la señora, pero cuál fue nuestra sorpresa al no encontrarla ya allí. Miramos bien a un lado y al otro, anduvimos unos metros por la acera a ver si la encontrábamos, y nada... Llegamos tarde, ya se había ido.
Estuve pensando sobre lo que nos ocurrió y me di cuenta que a lo largo de la vida nos encontramos con muchas situaciones de necesidad que nos piden una respuesta, y, lamentablemente, muchas veces no llegamos o llegamos tarde.
Querido mangante, si alrededor de ti hay alguna situación de necesidad, reacciona. Quizá el año que viene sea demasiado tarde, quizá el mes que viene sea demasiado tarde, quizá la semana que viene sea demasiado tarde, quizá mañana sea demasiado tarde, quizá dentro de una hora sea demasiado tarde, quizá dentro de un minuto sea demasiado tarde.

2 comentarios:

  1. Aveces es mejor enseñar a pescar que dar pescado...pero esta muy bien ir repartiendo refrescos por ahí de ves en cuando...

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  2. Hola Santi. Hola Todos.
    Siempre hay necesidades a nuestro alrededor. Pero precisamente, las menos llamativas, son a las que casi no se prestan atención, y muchas veces, cuando queremos reaccionar...como bien dices, es tarde. Por su "poca" importancia, pensamos, que es una circunstancia habitual, y sin embargo el que sufre una necesidad, para él, siempre será importante. Tenemos que saber reaccionar a tiempo y casí nunca, lo sabemos hacer...y soy el primero.
    Un abrazo

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