10 de septiembre de 2010

Se me duerme la gente en Misa

Sí, sí, mangantes, como oís: la gente se me duerme en Misa... pero no porque me extienda en la predicación o suelte rollos que nadie entiende. La razón es otra; mirad por qué:
El otro día, en la festividad de San Ramón Nonato, fui a la cárcel con mi hermano Enmanuel y un joven de la parroquia, Michael, para celebrar la Eucaristía con los internos del Centro Penitenciario "La Victoria". Nos dijeron que podíamos celebrar en un salón que es al mismo tiempo Comedor, Capilla y Centro de Catequesis, donde nuestros hermanos Evangélicos celebran también el culto.
Allí había una mesa que se habilitó para celebrar la Misa, se encendió una vela, se puso un crucifijo, sacamos la patena y el cáliz con el pan y el vino, pusimos los libros litúrgicos, se prepararon los cantos y... todo listo para celebrar la fiesta de San Ramón.
Antes de comenzar la celebración observé que estábamos unas 20 personas, algunos sentados en sillas de plástico y otros tumbados en el suelo o encima de las mesas. Al empezar la Eucaristía, al entonar el canto de entrada, dos o tres de los que estaban tumbados se levantaron, alzaron la mirada, observaron el panorama y alguno, al ver que la historia no iba con él, volvió a coger la misma postura horizontal; otros, sin embargo, se interesaron y, medio recostados, siguieron la celebración... Tengo que declarar en su favor que los que siguieron durmiendo no hicieron ningún ruido ni molestaron, ninguno roncaba ni hablaba en sueños... se agradece.
Al terminar la celebración, hablando con Enmanuel, me contó que aquel comedor se utilizaba también como dormitorio para aquellos que no podían pagar una celda y una cama. Aprovechaban para dormir y descansar durante el día en aquel suelo húmedo o aquellas mesas de piedra.
Puedo afirmar entonces que he celebrado la Eucaristía en una Capilla, en un Comedor y en un Dormitorio a la vez...
Y la situación me llevó a pensar que quizá Jesús y sus discípulos, salvando las diferencias, estaban en un contexto similar en la Última Cena: celebraron la Pascua en un Comedor que habilitaron para la ocasión; estaban en una Capilla (en un lugar sagrado), porque estaban junto al Hijo de Dios; y la sala donde Jesús partió el pan y lo repartió a sus discípulos era un lugar cómodo, casi un Dormitorio, ya que según leemos en Mc 14,15 la habitación estaba preparada con divanes (asientos alargados y mullidos, por lo común sin respaldo, en el que una persona puede tenderse).
Si nosotros viéramos que alguien se tumba dentro de una Iglesia y se pone a dormir nos parecería poco menos que una herejía y una falta de respeto, pero para aquellos internos de la cárcel era lo más normal, porque no había otro sitio donde celebrar la Misa.


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