Y por ese motivo te llega este mango. No quiero enviarte ningún regalo, porque no puedo competir con el regalo más grande que has recibido: Jesús.
Hace ya 4 años que viniste, sonriente como siempre, de la mano de tu mamá y tu hermana a la parroquia a decirme que querías estar en el Coro de niños, y desde el primer momento me llamó mucho la atención que tú, una niña de tan solo 6 años entonces, tuvieras tanto interés por la vida de Jesús, tantas ganas por colaborar en todo, por solidarizarte con los más pobres y ayudar al que lo necesitara.
Como te digo, no voy a regalarte nada, pero sí me atrevo a pedirte que tú regales algunas cosillas:
- Me estoy imaginando tu cara de felicidad al recibir a Jesús ayer; por eso, me gustaría que regalaras tu sonrisa a Jesús, y al mismo tiempo, se la regalaras a los que viven cerca de ti: a tus papás, a tu hermana, a tus abuelos, a tus compañeros y compañeras de clase, a tus profesores, a tus amigos y amigas de catequesis y de coro, a tu catequista... Donde yo vivo hay algunos niños que viven tristes porque nadie les hace caso ni les quiere. Si tú empiezas a regalar tu sonrisa a los que están más cerca de ti, probablemente esa sonrisa se extienda y llegue hasta aquí.
- Jesús, en la Última Cena, repartió el Pan, el alimento, a sus discípulos. Quizá tú en estos días puedas compartir algo con los más pobres, con los niños que pasan hambre, que no tienen casi nada.
- Uno de los regalos más bonitos que has recibido en tu vida es el de tu familia: tus papás que te quieren, que te dan lo mejor, que te ayudan en todo y te cuidan; tu hermana que también te quiere, aunque a veces podáis pelearos, pero te quiere muchísimo. No todas las niñas de tu edad tienen esa suerte. Por eso, el tercer regalo quiero que se lo dediques a Dios, y le des gracias con tus palabras porque te ha dado una familia maravillosa y especial. Quizá ese regalo podáis hacerlo toda la familia unida.
Creo que con esos tres regalos sería suficiente. Quizá es mucho lo que te pido, pero te digo que mucho más es lo que tú has recibido en el día de ayer. Jesús nos dice en el evangelio que lo que hemos recibido gratis, debemos darlo gratis. Él ha venido a tu vida sin pedirte nada a cambio, por eso tú ahora tienes que ser generosa y agradecida.
Bueno, Elisa, espero que este mango haya tenido un sabor dulce para ti, aunque te recuerdo que el sabor más rico del mundo lo probaste ayer en el Cuerpo de Cristo.
Quería decirte también que este mango va dedicado a todos los niños que en este año han recibido el pan de Jesús, tanto a los que lo han hecho en nuestra parroquia como los que la han hecho en otros lugares. Creo que ellos también podían realizar estos tres mismos regalos.
Un beso muy grande para ti. Besos y abrazos para tus papás y tu hermana.
Bienvenida al grupo de amigos de Jesús.
Fdo.: el P. Santi
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