28 de abril de 2010

Un Mango muy agrio para Nacho Cano (el de Mecano)

Estimado Nacho Cano:
¿Cómo van las cosas por los escenarios? -Espero que bien.
Probablemente tú no me conoces, pero yo a ti sí, porque por desgracia llevas dando la brasa con las mismas canciones de Mecano durante casi 30 años y no has sido capaz de crear algo original durante los últimos 15 años.
Con atrevimiento y con rabia, te envío un mango muy agrio que espero que te ayude a ser un poco más humano y un poco más normal.
Supongo que sabrás a lo que me refiero; te refresco la memoria por si "las droguitas" que tomas te han comido alguna neurona y te has olvidado del ridículo más absoluto que hiciste el otro día en el Concierto Solidario por Haití.
Al terminar la canción "Vivimos siempre juntos" se te ocurrió la genial idea de tirar al suelo el piano con el que habías interpretado el tema, pensando que así ibas a ganarte más fans e ibas a ser más guay. Pero creo que te equivocaste, amiguito, porque en un Concierto benéfico por el desastre de Haití no creo que a los damnificados les guste demasiado que un instrumento valiosísimo caiga por los suelos y se rompa. Probablemente toda esa descarga de creatividad ellos prefieren que se emplee en enviar el equivalente económico de ese piano a las familias haitianas, que hoy no podrán ni siquiera dormir en sus "casas que estaban echas una m..." -como dices en el concierto-.
Algunos me han dicho que quizá el piano era de mentira y por eso lo tiraste, pero eso lo que te convierte es en un mentiroso que engaña a su público y le hace creer que está tocando un instrumento cuando lo único que consigue es saltar encima de un escenario.
Espero que si algún día -como tú dices en el concierto- a mí o a alguien de mi entorno le ocurriera una desgracia como la de Haití, tú no realices un concierto benéfico, porque tu forma de ayudar no es precisamente la más idónea.
Sé que hay muchos otros artistas que son solidarios desde el silencio, para ellos mi admiración. A ti te digo, Nacho, que me das pena, y que me arrepiento profundamente de haber ido al Musical "Hoy no me puedo levantar".
Por cierto, en estos dos vídeos de youtube puedes ver tu estilo solidario y humanitario. Contémplate.



27 de abril de 2010

Otro Mango para Crisol y los Crisolitos

En el día de ayer, Sonia, del Grupo Crisol y Los Crisolitos de Valladolid me anunció que el día 8 de mayo, sábado por la tarde, iban a dar un concierto benéfico en favor del Proyecto Niños Limpiabotas La Merced de aquí de Santo Domingo.
Casualmente, me encontré con esta canción "Música por dentro" de Lilly Goodman y Tercer Cielo, que creo que refleja muy bien lo que este Coro ha venido realizando y realiza continuamente, pensando en los más necesitados de nuestro mundo y poniendo música en el corazón de tantos niños y niñas que no tienen tantas oportunidades en la vida como ellos.
Os la dedico y os agradezco el esfuerzo realizado, las horas de ensayo dedicadas y vuestras ganas de cambiar el mundo.



Dios puso en mí el ritmo...
cómo voy a esconderlo si libre soy
Canta, danza, da tu alabanza con el alma y el corazón...
Tengo música por dentro, yo no la puedo detener...

26 de abril de 2010

Un mango para Teresa Sedeño

Hola, Teresa, ¿cómo van las cosas por el Centro Especial P. Zegrí? -Espero que con ánimo realizando esa gran tarea que desempeñáis con las chicas discapacitadas.
Sabes que en varias ocasiones hemos hablado que en la casa en la que yo vivo ahora, antes era vuestra, de las Mercedarias, y que precisamente tú estuviste aquí algunos años acompañando a las jóvenes en formación.
Quería contarte una anécdota que me ocurrió el otro día y que me trajo recuerdos tuyos: estaba el Domingo a punto de salir para la Misa de la tarde de la Parroquia, y en eso llaman a la puerta, voy a abrir y me encuentro a una señora de unos sesenta años con dos niñas de unos 15 años, y me dice la abuela: "Buenas tardes, queríamos ver a las monjas". Le respondí que las monjas se habían marchado de esta casa hacía por lo menos 6 ó 7 años. Le dije si buscaba a alguna monja en especial. Me contestó que no, que solamente quería enseñarle a sus nietas cómo eran las monjas, porque nunca habían visto a ninguna. Quedé muy extrañado y sorprendido, porque nunca había tenido la sensación de que nosotros, los religiosos, pudiéramos llegar a convertirnos en piezas de museo que la gente visita, o en animales en extinción que sólo los que van al zoológico pueden conocer...
Creo, Teresa, que quizá el comportamiento de la abuela con las nietas puede responder a varias cosas: que ya no es fácil ver a frailes o monjas y por eso tienen que llamar a las puertas de los conventos para vernos; también puede ser que como no salimos todos los días en los medios de comunicación, en la tele, la radio o internet no existimos para los jóvenes; o puede que la abuela quisiera mostrarle a sus nietas un estilo de vida diferente, alternativo, rompedor...
Me quedo con esta última interpretación, porque considero que son muchos los religiosos y religiosas que están haciendo algo diferente por los demás, algo alternativo a lo que hace todo el mundo, algo rompedor con las estructuras que el mundo marca.
Con esto no digo que nuestro estilo de vida sea mejor o peor que otros, simplemente digo que me siento orgulloso de ser religioso, de ser mercedario, y pertenecer a un grupo de personas desinteresadas, solidarias, entregadas y atentas a la voluntad de Dios.
Bueno, Teresa, aquí dejasteis huella, y todavía hay gente que os busca, eso es buena señal. Nuestra misión es dejar huella, pero no una huella cualquiera, sino la de Cristo.
Un abrazo dominicano de mi parte y de parte de toda esta buena gente que tú conociste.
Fdo: Un mangante mercedario

24 de abril de 2010

¿Quién dijo crisis?

¿Ustedes, queridos mangantes, están tan seguros de que la crisis económica mundial es realmente mundial? -Tengo serias dudas. Desde luego en el país donde vivo no se nota tanto esa famosa crisis porque aquí siempre se ha vivido así y no hay grandes diferencias de vivir con poco a vivir con muy poco.
Cuando me vine de España hace ya 6 meses y medio allí todo el mundo hablaba de lo mismo, de la crisis; parecía que el mundo se iba a acabar. Pero al llegar aquí nadie hablaba de eso, nadie parecía estar preocupado por esa tal crisis. Después cuando he ido viendo cómo viven algunas familias he descubierto por qué no hacen referencia a ese desastre económico: como es poco lo que tienen, poco es lo que van a perder, y no tienen miedo a perder el chalet de lujo, con tres plantas, piscina y jacuzzi, con garage para 5 carros y un jardín para la recreación y expansión de la familia. No hay miedo, porque no hay casi nada que perder.
En España la gente piensa que el mundo se acaba, porque hay crisis económica, y muchos no se han dado cuenta que antes de la crisis financiera había otra crisis más grave, más deshumanizadora, más sangrante y más caótica: la crisis de valores. El mundo no se acaba porque falte el dinero, el mundo se acaba porque falta la solidaridad, el respeto o la justicia.
Aquí no nos afecta la crisis mundial, porque nunca salieron de ella.
Parafraseando y completando a Pedro Casaldáliga...
mientras que los ricos sean cada vez más ricos, y los pobres cada vez más pobres, habrá crisis;
mientras que unos pocos tengan mucho y muchos sólo un poco, habrá crisis;
mientras que los pobres vivan sin un vaso de agua y los ricos se ahoguen en una vaso de agua, habrá crisis;
mientras que algunos recen mal el Padrenuestro y digan "dame hoy el pan de cada día", habrá crisis;
mientras que la deuda externa sea deuda eterna, habrá crisis;
mientras que se vendan armas y no se vendan vendas a los países en guerra, habrá crisis;
mientras que haya un solo niño que muera de hambre en el mundo, habrá crisis;
mientras que haya un solo niño que no pueda ir a la escuela, habrá crisis...

Querido mangante, puedes completar el listado anterior y decirnos: "mientras..., habrá crisis".
La solución a esta crisis de valores está en los "grandes economistas mundiales", que somos tú yo, nadie más.
Salgamos de la crisis, que ya es hora.

22 de abril de 2010

Un Mango para Pablo

Hola, Pablo, ¿cómo te van las cosas? -Espero que bien.
¿Cuántos años tienes? ¿quince o dieciséis? -Te lo pregunto, porque mira lo que me pasó el otro día:
Estábamos en la parroquia ensayando una canción de rap con los niños limpiabotas, y yo llevé unas hojas con las letras de las canciones. Empecé a repartirlas, un folio a cada uno, hasta que llegué a uno de ellos que tiene tu misma edad, y me dice moviendo la cabeza que no. Yo me quedé parado y le dije: "cógela, es para ti, para aprender las canciones". Él insistía en que no la cogía. Yo no sabía qué hacer y por tercera vez le dije que tomara la hoja. Al final él me dijo: "no sé leer".
Esta experiencia, Pablo, me ha hecho pensar y ver que a veces los que quieren no pueden y los que pueden no quieren. Áquí hay niños que no van nunca a la escuela y no pueden aprender a leer; en España hay algunos que se pasan toda la vida en la escuela, pero la escuela no pasa por ellos y desperdician muchas oportunidades. ¡Qué mal repartido está el mundo!
No sé si tú serás de ese tipo de estudiantes, espero que no.
Bueno, chaval, aprovecha las oportunidades que estás teniendo en tu vida, que cuando vayas al Instituto todos los días te des cuenta que hay otros muchos jóvenes que no tienen todas esas oportunidades que tienes tú.
Un abrazo.
De mangante a mangante.

19 de abril de 2010

Otra pregunta para usted: ¿Desde cuándo exite Dios?

Hoy en Misa, de nuevo la misma niña de la otra vez, me ha abordado con otra pregunta en el momento de la paz. Yo no sé si esta muchacha viene de otro planeta, pero lo que está claro es que se hace unas preguntas muy interesantes.
La pregunta ha sido la siguiente: "si todos hemos nacido un día concreto y ese día celebramos el cumpleaños, entonces ¿qué día nació Dios?
Con cierta rapidez, y sin darme cuenta que delante de mí estaba una niña de 8 años demasiado espabilada, le dije: "Dios existe desde siempre". A lo que ella me respondió: "pero, Padre, y eso quién lo puede saber, si nadie ha estado viviendo desde siempre junto a Dios para poder comprobarlo". Me quedé sin palabras, o al menos sin palabras acertadas para que la niña entendiera...
La pregunta está ahí, me podéis ayudar, si queréis, o si encontráis respuesta...
De todas formas, ¡impresionante la niña!

18 de abril de 2010

Un mango juvenil para Mary Arenas

Hola, Mary, ¿cómo van las cosas por el MJM de Sarria? -Espero que bien y que todos los proyectos salgan adelante.
Supongo que te sorprenderá mucho el que te envíe un mango, pero cuando te explique por qué se te quitará la sorpresa.
La razón es muy sencilla. Desde que llevo por estas tierras de Quisqueya he tenido la oportunidad de conocer al grupo de jóvenes de la Parroquia, que como el MJM en Sarria o en España, viven su fe y van creciendo en torno a los ideales de libertad de la Merced.
Tú has nacido en una familia donde el espíritu mercedario ha estado siempre presente. Desde chiquitita has participado en encuentros, actividades, campamentos o pascuas; y ahora, que ya eres más mayor te toca tomar resposabilidades y ayudar a que otros niños y niñas se acerquen a la Merced y vivan lo mismo que tú viviste, lo mismo que tú vives. Por eso, estoy seguro que te gustará conocer lo que los jóvenes dominicanos- mercedarios realizan. Creo que la mejor manera de saberlo es a través del blog, donde espresan sus inquietudes y deseos de volar. Seguro que ya lo has visitado, pero por si acaso, pincha aquí: http://www.pjvmercedariard.blogspot.com/
Si en Sarria y aquí miramos al cielo, podremos ver las mismas nubes cargadas de libertad, con deseos de arrojar al mundo mil gotas de solidaridad.
Un beso y ánimo en esa tarea tan bonita de ayudar a otros a decubrir que la Merced renace en sus manos.
Fdo.: Un Mangante Mercedario

16 de abril de 2010

Un mango "sin palabras" para Leoncio

Hola, Leoncio, te envío un mango, porque desde que estoy por Santo Domingo se me están olvidando las clases de Lengua que nos diste en Herencia, cuando teníamos tan solo 12 ó 13 años. A veces yo ya no sé cómo se llaman las cosas y me armo un poco de lío.
Te cuento un día cualquiera, para que veas:
Me levanto por la mañana, a las seis y quince, y no a las seis y cuarto, rezo en comunidad y luego voy a desayunar. Me tomo una taza de leche con cocoa que sabe como el colacao, pero se le llama de otra manera.
Después de asearme, me dispongo a salir para hacer la compra; voy a coger el carro que es igual que un coche con cuatro ruedas y motor, cinco puertas y aire acondicionado; llego a las luces de la esquina, o al semáforo, como dirías tú, y me encuentro con un joven que vende chinas, aunque yo juraría que son naranjas de las de toda la vida.
Llego al Supermercado y dejo el carro en el Parqueo. Cuando entro me dirijo a la sección de marisco, allí veo una caja llena de gambas con la cabeza cortada. Le señalo a la muchacha que me dé 1/2 kilo de esas gambas y me dice que eso no son gambas sino que son camarones. Yo, que a esas horas de la mañana no tengo ganas de discutir, le digo que lleva razón, que me ponga esos camarones descabezados. Luego voy a comprar la fruta y cojo cinco piezas de chinola, aunque a mí me parecía maracuyá. Me acuerdo que tengo que comprar un abejón, para poder cortarle el pelo al 0 a uno de los formandos. Después me detengo para ver los ordenadores portátiles a los que han bautizado con el nombre de laptops. Con cara de sorpresa, me encamino hacia las cajas para pagar. Allí empiezo a meter todas las cosas en fundas, porque bolsas no se puede decir, ya que hace referencia una cosa un poco grosera.
Al llegar a casa, veo que para comer tenemos filetes de cerdo con patatas, aunque alguien me corrige y me dice que no son patatas, sino papas. Como sigo sin ganas de discutir, me las como y punto. Después me tomo un jugo de chinas, aunque yo diría que era un zumo. Cuando termino de comer voy a vaciar el plato con los restos de comida al zafacón, que es exactamente igual a nuestro cubo de basura.
Al terminar de comer salgo de casa y me monto en una guagua, vamos, lo que viene siendo un autobús, para realizar unas diligencias, lo que en mi pueblo vienen a ser recados, tareas o labores. Allí veo que una mamá se pone guapa con su hijo, no es que fuera fea y que se había puesto guapa de repente, es que aquí ponerse guapa significa enfadarse; luego le echa un boche a su hijo pequeño, que es como echar una regañina, una bronca o una reprimenda y a continuación le da un azote en el trasero, porque culo -perdón- aquí suena fatal. Luego, al señor que se sienta a mi lado le suena el celular, aunque a mí me parecía un teléfono móvil. Al bajarme de la guagua, comienza a llover y una doña, -señora, dirías tú-, me ofrece refugiarme en su sombrilla, que es idéntica al paraguas que utiliza mi madre cuando llueve, pero que aquí le llaman así.
A las 5,30 de la tarde llego a la oficina parroquial y una señora quiere hablar conmigo porque está desesperada porque su marido le pone los cachos, dicho en cristiano: que le pone los cuernos. A las 6 de la tarde comienzo la Misa, pero a la gente no le deseo que "El Señor esté con vosotros", sino que les invito a que "El Señor esté con ustedes";
Cuando salgo de la parroquia veo que una goma del carro está pinchada. Y como podrás adivinar, Leoncio, en el fondo lo que se me ha pinchado ha sido una rueda. Termino de cambiarla y una joven de la parroquia me pide que le dé una bola hasta su casa, que, para que no pienses mal, significa que si la llevo a su casa que me pilla de paso. Ok fue mi respuesta, porque si le digo vale no me entiende y además se ríe, porque esa palabra les hace mucha gracia.
Al llegar a casa me tomo una aspirina, porque me duele un chin la cabeza. Y me dirás: ¿qué significa eso de un chin? -pues un chin es equivalente a un poco...
¿Es para volverse loco o no? -Yo creo que sí, pero es cuestión, Leoncio, de ser prudente, de escuchar a la gente y así no meter la pata, aunque te aseguro que incluso tomando esas prevenciones muchas veces te equivocas y la gente te mira extrañada.
Bueno, amigo Leoncio, después de tanto vocablo me he quedado "sin palabras". Espero que cuando nos veamos en verano me entiendas cuando te diga: "tómese usted el jugo de chinola, porque tenemos que coger la guagua, ya que tengo las gomas del carro pinchadas, y tengo un chin de prisa, para poder ir a comprar una laptop, un abejón y un celular; y si no llego a tiempo me pondré guapo".
Espero no olvidar tus clases de Lengua. Un abrazo.
Fdo.: El Mangante de Palabras.

14 de abril de 2010

Un mango para Jose Caminero

Hola, Jose, ¿cómo van las cosas por Pucela? -Espero que bien. Te escribo porque, si te acuerdas, hace unos días me enviabas un mail y hacías referencia a España como un "país desarrollado". Lo ponías entre comillas, porque no tenías tan claro que así lo fuera. Desde entonces he venido pensando sobre esa idea y me he fijado en República Dominicana y me he hecho la misma pregunta sobre este país en el que ahora vivo. Cuando se habla de los países desarrollados y subdesarrollados a veces pueden cometerse errores y hacer juicios rápidos. Os daré algunas razones por las que pienso que vivo en un país subdesarrollado:
1.- Si miro la economía de República Dominicana, vivo en un país subdesarrollado...
2.- Si me fijo en el sistema educativo, vivo en un país subdesarrollado...
3.- Si pongo la mirada en que no siempre hay luz eléctrica, vivo en un país subdesarrollado...
4.- Si contemplo la escasez de agua y su mala administración, vivo en un país subdesarrollado...
5.- Si observo la poca inversión en salud e higiene, vivo en un país subdesarrollado...
Pero puedo fijarme en otros índices y llegar a otras conclusiones diferentes. Veamos:
1.- Si miro la solidaridad y la ayuda que unas personas se dan a otras, vivo en un país desarrollado...
2.- Si me fijo en el esfuerzo, las ganas de seguir adelante y los sacrificios de cualquier estudiante medio, vivo en un país desarrollado...
3.- Si pongo la mirada en que la gente vive feliz con poco, vivo en un país desarrollado...
4.- Si contemplo la acogida y cercanía a los que venimos de fuera, vivo en un país desarrollado...
5.- Si observo la cantidad de jóvenes, y no tan jóvenes, que de forma forma voluntaria dan su tiempo a los demás, vivo en un país desarrollado...
6.- Si miro el espíritu religioso y la fe de estas personas, vivo en un país desarrollado...
7.- Si me fijo en la capacidad de expresar los sentimientos, vivo en un país desarrollado...
8.- Si veo...
No sé qué te parecerá a ti, Jose, pero creo que vivo en un país desarrollado. Todo depende del color del cristal con que se mira.
Bueno, disfruta y aprovecha porque tienes la suerte de vivir en un "país desarrollado", que yo aprovecharé y disfrutaré porque también vivo en un "país desarrollado".
Un abrazo.

12 de abril de 2010

Una pera caída del cielo

El día que volvimos de la Pascua, nos detuvimos a comer en la Playa de los Patos. Se trata de un lugar paradisíaco, donde desemboca un río y tienes la posibilidad de bañarte en el río o en el mar, aunque lo de bañarse en el mar no es muy recomendable, ya que las olas vienen muy fuertes y son muy altas. El caso es que mientras que los jóvenes con los que estaba allí se estaban bañando, yo estaba tranquilo reposando la comida que había tomado. En ese momento apareció una niña de unos 7 años que me quería vender dulce de naranja. Yo le dije, casi sin mirarle a la cara, que no quería. Pero ella siguió la conversación, me miró muy seria y me dijo que si podía darle la pera que teníamos allí; le pregunté que a cuál pera se refería, ya que yo no veía ninguna pera. Ella insistió y me señaló una pera mordisqueada en el suelo. Yo le respondí que se nos había caído y que no podía dársela, ya que estaba sucia y un poco comida por las hormigas. Ella quedó triste y con pena. Pero rápidamente me di cuenta que aún nos quedaba otra pera que no nos habíamos comido y se la di. Entonces fue cuando vi la sonrisa más grande del mundo dibujada en un rostro.
Me puse a pensar en lo que había ocurrido y cómo algo a lo que nosotros no dábamos ninguna importancia, sin embargo para aquella niña era prioritario en ese momento. Yo no había visto la pera, pero ella, que miraba con otros ojos, sí que la vio. Yo no era consciente de lo que se nos había caído, y ella fue lo único que percibió. Creo que aquella pera había caído del cielo y aquella niña había sido la única en ese momento en descubrir ese regalo de Dios.
Seguí pensando y reflexionando la poca importancia que a veces damos a la comida, la suerte que tenemos de tener un plato de comida en la mesa o la cantidad de alimentos que dirariamente tiramos.
Sé que lo que digo no es ninguna novedad, sé que todos hemos escuchado este sermón mil veces, pero después de lo que me ocurrió soy más consciente de todo eso, y quería compartirlo con vosotros.
Estad muy atentos porque en más de una ocasión caen peras (o mangos) del cielo, y nos pillan despistados. Son peras mordisqueadas por Dios para que reaccionemos.

10 de abril de 2010

Otro Mango para Max

Querido amigo Max, hace un tiempo que hablábamos sobre el encuentro que tuvimos ahí en la cárcel de Dueñas, y de cómo conocí a tu abuela.
Hoy quiero enviarte un mango más triste, más amargo, más asqueroso y repugnante. La verdad es que tú no tienes la culpa de nada de lo que te voy a contar, pero estoy seguro que conoces bien lo que voy a narrar.
El caso es que el otro día Fr. Enmanuel me invitó a confesar y celebrar la Eucaristía a la cárcel de "La Victoria", el penal más importante que existe en toda la República Dominicana, con unos 3.500 reclusos.
Tardamos mucho en entrar porque la noche anterior habían matado a un recluso que tenía algo que ver con un narcotraficante muy buscado en el país, y no dejaban entrar fácilmente.
Cuando por fin aprobaron nuestro permiso para entrar, nos dijeron que teníamos que ser revisados, nos llevaron a una sala apartada, y nos dijeron que nos Pusiéramos "en cueros". Mi compañero Enmanuel dijo que no tenñiamos por qué hacerlo, ya que éramos de Pastoral Penitenciaria Católica y no estábamos obligados a quitarnos la ropa. Accedieron y no tuvimos que desnudarnos, pero aún así nos cachearon como delincuentes y nos tocaron. Lo grave no era que te pidieran desnudarte para ver si llevas droga y otrras cosas, sino que en la habitación donde te lo dicen las ventanas están abiertas, no hay puertas, ni tienes donde dejar la ropa. 
Pudimos pasar a uno de los pabellones de la cárcel y cuando entré dije: "Dios mío, sácame de aquí cuanto antes". Había un olor mezcla de sudor, lejía y podrido, la higiene brillaba por su ausencia, y eso que era el día de limpieza, los internos deambulaban por los pasillos (algunos bastante trastornados y dementes), el espacio de las celdas era reducido, reducidísimo, lo más pequeño que he visto yo en mi vida, sólo cabían dos camas-literas y nada más (2 mts de largo, 1 mt de ancho y 3 mts de alto). Aún así algunos habían inventado percheros en el techo, otros habían colocado ventiladores en las paredes y encajado televisiones pequeñitas... El nivel de ruido era tremendo, los gritos, la música, el escádalo era lo que reinaba en el ambiente...
Después de contemplar todo el espectáculo, mi compañero me dijo que teníamos que celebrar la Eucaristía. Ha sido la Misa en la que más he gritado en toda mi vida. Recordamos la Última Cena de Jesús en un pequeño hall que había entre varias celdas, donde no había apenas luz, y la mayoría de los participantes estaban de pie.
Cuando llegó el momento de la Confesión me dijo Enmanuel que confesara a los internos en una celda que me iban a abrir. Como no cabíamos el confesor y el confesado, tuvimos que abrir la puerta. Por el pasillo pasaban varios reclusos, metidos en su mundo...
Había sólo un militar dentro, con estos 200 presos; él iba uniformado y llevaba consigo un palo de madera. Evidentemente no le pregunté para qué era ese palo.
Lo mejor de todo fue encontrarme con un grupo de personas, insisto personas. Los 14 ó 15 hombres que participaron de la celebración eran más humanos, más hospitalarios y atentos que muchos otros que viven en el exterior; y, además, el sentido de Dios y la profundidad religiosa de todos ellos es para envidiar.
Me despedí de ellos y les dije que la próxima vez que nos viéramos tenía que ser más allá de la rejas
Cuando salí del pabellón, le dije a mi compañero: "¿Es posible hablar con el Alcaide de este estercolero inhumano, de este apilamiento animal?". Él se echó a reír y me dijo: "hermano, a esos señores no es fácil acceder". "Y que sepas -me siguió diciendo- que aquí hay clases y clases. Has visto a los más pobres, pero hay otros que viven dentro del penal con toda clase de lujos, porque pagan 1.000 pesos (20 euros) al mes.
Vine todo el camino asimilando la experiencia, preguntando cosas inexplicables a Enmanuel, maldiciendo a todos los que permiten y provocan esas situaciones.
Aún hoy, después de algunos días, sigo sin entender muchas cosas, sin comprender cómo pueden rehabilitarse esas personas en esas condiciones
Como ves, nada que ver todo esto con el lugar donde tú estás en España. Da gracias a Dios, porque, dentro de las deficiencias y dificultades que puedas encontrarte, a ti te tratan como persona y te están ayudando a encontrar un futuro mejor.
Espero que sepas valorar lo que tienes y lo que están haciendo por ti.

6 de abril de 2010

Y tú, ¿has resucitado?

Este vídeo va dedicado al Grupo Mosaico de Ferrol que grabaron esta canción de resurrección y a Crisol y los Crisolitos de Valladolid que en más de un concierto la hemos cantado; a todos los niños limpiabotas, porque pueden levantarse y ver un nuevo futuro; y a todos aquellos que quieren resucitar. Para vosotros

¿Aún no has resucitado? ¿A qué esperas?



Resucitar es vivir,
resucitar es cambiar,
resucitar es dar la vida por los demás...

5 de abril de 2010

Fotos de Semana Santa


Semana Santa en Canoa y Jaquimelles

¡Jesús ha resucitado! ¡Feliz Pascua a todos!
Como ya sabéis, mangantes, en estos días de Semana Santa hemos estado los formandos mercedarios y yo en dos pueblecitos de la provincia de Barahona, al sur del país. En Canoa y Jaquimelles hemos vivido la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor.
Han sido unos días especiales, distintos, porque junto a la gente sencilla y humilde de aquellos pueblos hemos podido descubrir a Cristo muerto y resucitado.
Desde el primer momento nos acogieron fantásticamente, y nos dieron lo mejor que tenían, nos abrieron sus casas y su amistad, ¿qué más podíamos pedir?
Yoni, Madián, Héctor, Sor Berkis, el P. Hilario... todos y todas hicieron que nos sintiéramos como en casa.
Me gustaría destacar un detalle de cada uno de los días:
- Jueves Santo: la mejor manera de vivir la Cena del Señor fue ver cómo durante los cuatro días no nos faltó comida en la casa, porque entre varias familias se repartieron los desayunos, comidas y cenas. Jesús en ese día nos hablaba del Servicio, de la Entrega, y la gente del pueblo nos habló de Servicio y de Entrega.
- Viernes Santo: este día fue muy intenso y se acumularon las experiencias. Me gustaría destacar el rato a la mañana compartido con los jóvenes de la Pastoral Juvenil, 30 ó 40 muchachos que todas las mañanas se reunían para reflexionar en torno a lo que se celebraba en esos días de Semana Santa. Es una alegría ver a ese grupo de jóvenes que compartían su fe y vivían de otra manera estos días centrales de cualquier cristiano. Evidentemente que ellos no tienen que irse con sus padres a la playa, ni a la montaña, y pueden asistir a estos encuentros sin problema.
El Viacrucis de la tarde, aunque fue largo y recorrimos todo el pueblo, me gustó mucho el hecho de que las paradas de cada estación fueran hechas en las casas de algunas personas del pueblo que ponían encima de una mesa, o en una silla, una cruz de madera, una imagen de Jesús y una vela y allí realizábamos la estación correspondiente del Viacrucis. Jesús, que estaba dentro de cada una de las casas, salía a nuestro encuentro, nos recibía y nos animaba a continuar, ¡muy simbólico!
- Vigilia Pascual: ha sido una de las celebraciones pascuales más festivas de toda mi vida, sobre todo cuando al final todos, niños y grandes, hombres y mujeres, jóvenes y adultos, danzaban con el "Alabaré" y otros cantos similares por toda la Iglesia, a ritmo de guitarra, de güiro y pandereta. Eso sí que es llenarse de la alegría pascual.
- Domingo de Resurrección: Después de la Misa de 7 de la mañana en Canoa, nos dirigimos a Bombita, un batey que se encuentra cerca de Canoa (batey es una población de haitianos que vienen al país para trabajar en los cañaverales, donde se cultiva la caña de azúcar. Son poblaciones improvisadas en mitad del campo, con casas de madera, o de barro, sin calles asfaltadas ni agua potable). Allí, en ese batey, tuvimos la Eucaristía, donde vinieron 5 adultos y unos 10 niños y niñas. Estuvimos jugando con los más pequeños antes de la Misa, enseñándoles cantos y gestos. Ninguno de ellos, ni adultos ni menores, están bautizados, pero están preparándose para ello. Yo nunca he estado en África, pero esa mañana me pareció haber estado en ese otro continente.
Un par de detalles y personas más: Doña Justa que, a pesar de tener problemas serios de audición, era la encargada de los cantos y se sabía de memoria el número de cada canto del cancionero, y eso que tenía más de 300 canciones. Y que he comido más plátanos sancochados (cocidos) que en toda mi vida, ya que es lo que más se produce en los pueblos en los que hemos estado.
Por último, gracias a Enmanuel, Pabel, Pedro y Luis por estos días de muerte y resurrección. Gracias al pueblo de Canoa y el de Jaquimelles por su hospitalidad. Gracias a los sacerdotes, Amadeo e Hilario, que nos han facilitado nuestra estancia allí.