27 de febrero de 2010

Un Mango para las Mercedarias de la Caridad

Como muchos sabéis, cuando ocurrió el terremoto de Haití hace algo más de un mes, nuestras hermanas Mercedarias de la Caridad, que estaban allí, quedaron afectadas.
Tienen una comunidad en aquel país, y desde el seísmo no han parado de estar al lado de los damnificados, enfermos y afectados por el movimiento de la tierra.
En el día de ayer, Mª Jesús, una Mercedaria de la Caridad de Valladolid, me daba la noticia de que nueve mercedarias españolas estaban llegando a Haití para cumplir en lo que puedan la misión de: "curar todas las llagas, remediar todos los males, no dejar en todo el mundo un solo ser sin recursos..." (P. Zegrí, fundador de la Mercedarias de la Caridad).
Gracias a personas como ellas, la gente más olvidada adquiere un papel protagonista, la gente más indefensa obtienen protección, y los últimos se convierten en primeros.
Gracias, hermanas, sois un testimonio para el mundo.

26 de febrero de 2010

Destino: Haití


A lo largo de estos 40 últimos días en nuestra parroquia se ha estado recogiendo alimento enlatado, agua y sábanas para enviarlos a Haití y ayudar a las personas que sufrieron el terremoto y sus consecuencias en aquella parte de la isla La Española.
Hoy hemos llevado el último viaje (por ahora) y ha sido una experiencia muy particular, ya que hemos recorrido la ciudad subidos en un camión, pero en la parte de atrás, junto con la carga, desprovistos de cualquier amarre o cinturón de seguridad. Entre cajas, bolsas y telas hemos ido navegando por toda la ciudad.
El conductor era de primera, aunque algún que otro bache hizo retemblar mi cadera; el vehículo, de segunda o de tercera; la empresa, de garantía; los porteadores, los mejor dotados; el destino, una buena causa...
La carga ha llegado a su destino, nosotros también; los que reciben el material contentos quedarán, nosotros descansaremos llenos de felicidad, porque hemos trasportado solidaridad y hemos vuelto a casa enteros.

24 de febrero de 2010

Un Mango para mi amiga Elena

Hola, Elena, ¿qué tal estáis? ¿cómo andan Jesús y Samuel? - Supongo que creciendo poco a poco y vosotros estaréis siendo testigos directos de cada progreso en su crecimiento.
Quería escribirte porque desde que llegué a tierras quisqueyanas me ha llamado la atención una cosa: la cantidad de "loquitos" que hay por aquí. Y no es que yo considere que en Santo Domingo hay un mayor porcentaje de personas con trastornos psicológicos o psiquiátricos que en España, pero lo que sí es cierto es que se ven mucho más y a veces andan un poco desorientados, dejados y hasta algo olvidados.
Te explico un poco mejor: en el barrio es común encontrarte a personas que necesitan un tratamiento especial, y que nadie se preocupa de ellos; deambulan por las calles haciendo "locuras", comportándose de forma extraña.
Te lo cuento a ti, que andas a vueltas con la Eduación Especial, con aquellos niños que necesitan una atención especial, diferenciada, para que puedan sacar todo lo mejor de sí mismos. Y es que yo creo que muchos de los "loquitos" que andan por aquí están así porque nadie los ha atendido debidamente desde pequeñitos, y su enfermedad, muchas veces solucionable, ha ido degradando.
Me da un poco de pena, porque tampoco la familia los atienden como merecen y dejan pasar las cosas sin poner remedio.
Ocurre, además, un fenómeno muy curioso, y es que muchos de ellos tienen la costumbre de venir por la Iglesia y asistir a la Eucaristía, por lo que algunas veces comparten sus "locuras" con la comunidad parroquial. Aún así hay que decir que todos ellos son pacíficos y algunos nos dan mil vueltas en cuestión de vivir la fe y testimonio cristiano.
Te cuento sólo el caso de una muchaha que tiene "la misión" -así lo interpreta ella- de limpiar la Iglesia y estar cerca del templo parroquial todo el día. Y te puedes creer que se toma bien en serio "su misión". Tiene todos los alrededores de la Iglesia bien limpios, quita y barre las hojas a todas horas. Eso no lo hace tan bien ni el Ayuntamiento. Bien es cierto que cuando cerramos la Iglesia ya de noche, cuando todo el mundo se ha ido, ella sigue ahí, agarrada a los barrotes de entrada de la Parroquia, con la mirada perdida... 
Aún así por aquí hay algún que otro centro psiquiátrico. Es muy conocido uno que llaman "el 28", porque está en el Km. 28 de la autopista Duarte. Cuando ven a uno que anda haciendo locuras, se comenta: "está para el 28".
Bueno, Elena, espero que ninguno de los de tu alrededor estén como para ir al "28", aunque tengo una teoría y es que todos tenemos, o deberíamos tener, algo de locura.
Un beso muy grande, de parte de otro "loquito más".

22 de febrero de 2010

¿Medicina moderna o tradicional?

Queridos mangantes:
Os voy a contar algo que me ocurrió a la semana de estar por aquí y que ahora con el tiempo me hace gracia.
A los pocos días de venir a Santo Domingo, estuvimos un día en el campo y cuando veníamos para casa empezaron a picarme mucho las piernas, yo me rascaba y rascaba, pero el escozor no se iba. Cuando llegué a casa me miré en las pantorrillas y vi que tenía como pintitas negras. El P. Provincial que estaba por aquí, demostrando sus conocimientos médicos, me decía que podía ser alguna alergia a cierta comida propia de aquí.
Poco a poco se me fue pasando el picor, pero las pintitas seguían ahí, así que a los dos días me fui al Dispensario Médico de nuestra parroquia. Allí me atendió la doctora y le conté lo que me pasaba, le enseñé las "huellas del crimen" en mis piernas. Me dijo que no parecía ser alergia, pero que tampoco sabía lo que podía ser. Me dio una pomada y me dijo que me comprara un jabón medicinal y me limpiara con él. Salí de la consulta, y detrás de mí salió la enfermera, una buena señora de la parroquia de unos 70 años que colabora y ayuda en el Dispensario. Ella me paró y me dijo: "no se preocupe, Padre, lo que le ha picado ha sido el malle, un bichito que se da aquí en el campo y deja esas pintitas. Yo le daré un ungüento especial que haré en mi casa y que le va a curar eso". Yo, con amabilidad, con desconcierto y con algo de miedo, le dije que sí. Al día siguiente, allá vino esta señora con lo que me había prometido, y me explicó que lo había hecho con aceite, con sal, con unas hierbas especiales, con pomadas para la piel y café molido. Yo flipaba. Cogí el frasquito que me dio y me lo llevé para casa.
En ese momento vino mi duda: ¿me echo lo que me ha dado la doctora que no sabía exactamente cuál era mi problema o me echo el ungüento de la enfermera que vete tú a saber qué tipo de hierbas y cosas ha echado allí, además de lo que me ha dicho?
Tomé una decisión salomónica: utilizaré los dos remedios, y así hasta donde no cure uno me cura el otro.
Efectivamente, allí estuve durante una semana duchándome con el jabón especial y la pomada de la doctora, y a continuación me untaba las piernas con aquella pasta de color rosado que según la enfermera limpiaba totalmente las pintitas de aquel mosquito.
Después de una semana fueron desapareciendo aquellas pequeñas picaduras. Y pensé: "esto es como el resfriado que si te tomas algún jarabe te puede durar una semana y si no tomas nada puede irse en ocho días".
No sé si me curó la doctora o la enfermera, no sé si me sané por la medicina moderna o la tradicional, no sé si fui limpiado por la Farmacia o la Parafarmacia, no sé si fue el jabón o las hierbas. El caso es que desaparecieron las picaduras y hasta hoy no han vuelto a aparecer, ni he tenido que ir de nuevo por el Centro Médico. Toquemos madera...

20 de febrero de 2010

Amigo, he conocido a tu abuela

Hola, Mangantes, quiero compartir con todos vosotros una experiencia de España y de República Dominicana, algo que me ocurrió en la cárcel de Dueñas en Palencia y que se hizo extensivo hasta este barrio de Las Caobas donde vivo actualmente. La historia y las personas son reales, los nombres inventados. Os explico:
El pasado 24 de Septiembre yo todavía andaba por Valladolid, y un compañero mercedario me invitó a participar en la Eucaristía del Día de la Merced en la prisión de La Moraleja, en Dueñas (Palencia). Era la primera vez que visitaba una cárcel y para mí era una experiencia totalmente nueva.
Cuando llegamos allí empezaron los controles, las rejas y los escaners para entrar. Una vez dentro, fuimos directamente al salón donde iba a tener lugar la Eucaristía. Allí me presentaron a Max, un joven dominicano que estaba cumpliendo condena desde hacía 4 años y aún le quedaban otros 5 de estar en prisión. Le estuve contando que en próximas fechas yo vendría a Santo Domingo a una parroquia en el barrio de Las Caobas, y... de repente le cambió la cara, y me miró con una mezcla de asombro y alegría. Me dijo: "Yo soy de allí, yo he crecido allí, ese es mi barrio, no me lo puedo creer". Yo también quedé sorprendido por ver tanta casualidad.
Estuvimos hablando un rato y me contó que su abuela vivía aún por aquí, en el barrio. Al final nos despedimos, él me deseó que me fuera "bien en su tierra", yo le deseé que le fuera "mejor en mi tierra". Y me dijo finalmente una frase que se me quedó grabada: "estoy seguro que este encuentro no ha sido casual, hay algo de fondo; seguro que Dios nos ha puesto en el mismo camino por algo..."
El domingo pasado celebramos el Día de San Valentín, que aquí es muy festejado y lo conocen como el Día de la Amistad y el Amor. Y de nuevo ocurrió algo que creo que no es casual... Conocí a la abuela de Max; ella vino a la Sacristía y me dijo quién era. Le di un abrazo. Con los ojos emocionados y la voz temblorosa, me contó que venía de parte de su nieto, que le había contado que nos conocíamos y venía a saludarme. En el Día de la Amistad, la abuela me trajo recuerdos de mi amigo Max. Le expliqué que él estaba bien cuidado y atendido, que su comportamiento estaba siendo bueno y que las personas de la cárcel lo apreciaban y valoraban mucho. 
Desde entonces he venido dándole vueltas a la frase que me dijo Max: "...este encuentro no ha sido casual... Dios nos ha puesto en el mismo camino por algo" y creo que tengo la respuesta: la abuela de Max, al conocerme a mí, se sintió más cerca de su nieto. Quizá no sea ésta la explicación, tal vez sí que existen las casualidades y Dios no interviene. Pero prefiero creer que conocer a Max en España ha servido para que su abuela se sienta más unida a él y pueda recibir una palabra de ánimo a través de mí.

18 de febrero de 2010

A pesar de todo, Creeré

Ayer empezábamos la Cuaresma, que es un tiempo para el cambio, para la conversión del corazón y la búsqueda de Dios. Por eso, os quiero regalar, queridos mangantes, un delicioso mango en forma de vídeo. Se trata de una canción de Tercer Cielo, grupo cristiano con estilo gospel. Se titula "Creeré".
Cuando tenemos problemas en la vida, cuando no conseguimos vencer las dificultades que se nos presentan, cuando nos viene la enfermedad, o se nos muere un ser querido, nos viene la duda sobre Dios, nos falta la fe y perdemos la esperanza. Esta canción precisamente reclama fe y esperanza en esos momentos de incertidumbre y de búsqueda.
Quiero dedicar este vídeo a aquellos mangantes que recientemente han perdido a algún ser querido. Os aseguro que ellos están junto a Dios, devorando los mangos más sabrosos del mundo.
Con cariño y con MUCHA FE:

17 de febrero de 2010

Ya soy legal

Informo a todos los mangantes que ya soy residente dominicano y tengo cédula (carnet) dominicana. Ya no soy un indocumentado.
Después de unos meses de papeleos, de idas y venidas al departamento de inmigración, a la Junta Central, Obispado, etc... ya tengo permiso de residencia.
Tengo que reconocer que en ese sentido, aunque hemos tenido que presentar muchos papeles, la gestión ha sido rápida y eficaz. La cédula te la imprimen en el momento y puedes irte con ella a casa el mismo día.
Supongo que los inmigrantes dominicanos que van a España no lo tienen tan fácil, como yo lo he tenido al venir hasta aquí. En cuatro meses he conseguido la residencia, quizá en España un dominicano tenga que esperar años, muchos más papeleos e idas y venidas a Extranjería.

13 de febrero de 2010

Otro Mango para mi amiga Malena

Hola, Malena, ¿cómo estás? -Espero que bien, disfrutando de los carnavales de Valladolid. Seguro que te has disfrazado como todos los años con la gente de tu clase y habéis ido así al Miguel Delibes. Me hubiese gustado verte, pero en otra ocasión será.
Te vuelvo a enviar un mango porque quería contarte cosas nuevas sobre tu amigo Alfredo, el niño limpiabotas del que te he hablado en alguna ocasión.
Uno de los días en que se reúnen en la parroquia los limpiabotas, Alfredo estaba muy alterado, nervioso e inquieto, y empezó a pintar por las mesas con pintura, a tirar cosas, etc... y me quedé muy sorprendido de la cantidad de violencia que tenía acumulada en su interior y el odio que sacaba de dentro. Entre varios voluntartios consiguieron tranquilizarlo y calmarlo. Poco a poco fue respondiendo positivamente y haciendo caso a lo que le decían.
Cuando pasó un rato, me acerqué a él y empezamos a hablar. Yo le fui preguntando algunas cosas de su vida, y él me fue respondiendo.
Me dijo que más o menos ganaba entre 50 y 100 pesos al día (1-2 euros) desde la mañana a la noche (desde las 7:00 a.m. hasta las 7:00 p.m.). Va andando a todos los sitios y recorre kilómetros y kilómetros para sacar unos chavos. Su papá no trabaja y lo que él lleva es casi el único sueldo que entra en casa. Los días que va a clase por la mañana tiene luego que trabajar por la tarde; así que cuándo hace las tareas o deberes del colegio, si cuando llega a casa es de noche y no tienen luz eléctrica. Para Alfredo no existen los fines de semana, ni los domingos para descansar...
Después que él me contó todo aquello, pensé: ahora me explico la rabia, el odio y la violencia que él lleva acumulada, porque le están robando su niñez.
¿Tú te imaginas, Malena, llevando esa vida? ¿tú crees que te quedaría tiempo para hacer los deberes? ¿piensas que te quedaría humor y ganas para jugar con tus amigas? -Difícil, ¿verdad?
Pues nada, Malena, sólo quería ayudarte a que vieras todas las cosas buenas que tienes y que, por desgracia y por las injusticias del mundo, no todos los niños pueden tenerlas.
Ya puedes presumir que eres la primera en recibir un segundo mango.
Un beso y sigue disfrutando del carnaval.
Fdo.: El mangante supremo

12 de febrero de 2010

Hace un mes

A veces la memoria nos falla, los recuerdos se borran de nuestra mente, pero os recuerdo, queridos mangantes, que hace un mes la tierra retembló en Haití. Desde entonces muchas personas han sufrido las consecuencias de ese brutal terremoto. Y muchos han sido los que se han volcado y ayudado para que las cosas en ese país sean algo mejores.
Por todos ellos, para todos ellos, este homenaje, en forma de vídeo:

10 de febrero de 2010

Un Mango para el Chinín

Hola, Rvdo. Padre Provincial de la Orden de la Merced de Castilla, aunque preferirás que te llamen José Ignacio o Chino, como siempre. ¿Qué tal van las cosas por los madriles? ¿ya te haces al cargo o el cargo se hace contigo? -Espero que estés bien.
Quería enviarte un mango, porque hace poco hemos estado la comunidad en Jarabacoa, un pueblo del interior de República Dominicana, visitando un monasterio de monjes cistercienses, y eso me ha traído muchos recuerdos de la primera vez que estuve en un monasterio de este tipo, allá en la Trapa, en San Isidro de Dueñas en Palencia. Tenía yo entonces 17 años, cursaba COU, y con otros 4 compañeros postulantes, y contigo estuvimos allí un fin de semana, compartiendo con los monjes oración, vida y silencio. No me olvido, por supuesto, del chocolate, de Tony L y sus muchachos.
El entorno de Jarabacoa era alucinante: río de agua cristalina, cascadas y bajadas de agua, vegetación abundante, montañas que tocaban el cielo... Y todo eso me produjo cierta envidia y pensé: "¡qué suerte tienen estos monjes!". Estuve tentado en hacer tres tiendas como los discípulos cuando subieron con Jesús al monte en la Transfiguración, pero recordé que abajo había también muchas cosas que hacer.
Prometemos llevarte cuando vengas la próxima vez por aquí, para que descubras con tus propios ojos lo que te estoy contando.
Jarabacoa (agua que cae del cielo, que es lo que significa en el idioma taíno) te está esperando para que de nuevo vivas un fin de semana con aquellos mismos 5 postulantes que estuvieron en la Trapa. Será difícil, pero no imposible.
Bueno, Chinín, que sepas que los mosquitos ya me respetan y huyen de mi presencia, o yo de la suya, más bien.
Un abrazo. Siguen esperándote las ballenas en Samaná.
Fdo.: un frailecillo dominicano

9 de febrero de 2010

Político, Pelotero o Traficante

Un día entró el profesor en clase y dijo: "hola, niños y niñas, ¿queréis tener mucho dinero el día de mañana? ¿queréis ser multimillonarios?" -Todos los niños gritaron: "¡SÍÍÍÍÍÍÍ!" Y el profe continuó: "pues os voy a hablar del triple camino PPT.
El primero es el de la Política. Y lo que tenéis que hacer es meteros en un partido político (preferiblemente el PLD o el PRD, que son los más poderosos), dar muchos discursos, adornaros de promesas y buenas palabras, conseguir un puesto como diputado o como Síndico (Alcalde) y a vivir. Sobre las cosas que habíais prometido a la gente no os preocupéis, cuando se acerquen las siguientes eleciones hacéis alguna de ellas y los votantes contentos. Aliaros con los millonarios y tenedlos contentos, a ellos que no les falte nada, buscad aliados con influencia y conseguiréis todo lo que os propongáis.
El segundo camino es el de Pelotero. Empezad a jugar al beisbol desde muy chiquitos. Si tenéis que hacer tareas en la escuela, no las hagáis. Salid a la calle y jugad hasta que anochezca. Eso sí, es bueno que vayáis también a un club donde os enseñen algunas técnicas para practicar bien este deporte. Si eso no os deja asistir a clase no os preocupéis, el día de mañana cuando seáis famosos y ganéis partidos nadie se fijará en que tengáis más cultura o menos.
Y el tercer camino es el de Traficante, sí, sí, traficante de drogas o de armas, de lo que prefiráis. Eso deja mucho dinero, porque siempre habrá gente que consuma drogas o compre armas. Para llegar a ser eso, dejad ya la escuela, mañana no vengáis y empezar a vivir en las calles, a uniros a alguna banda callejera y apreder pronto las reglas del mercadeo de estupefacientes. No tengáis piedad por nadie y así subiréis como la espuma.
Esta historia es real. Bien es cierto que los profesores no dicen esto en clase, me consta. Pero todo el mundo sabe que en este país estos tres caminos conducen al éxito económico y a vivir bien, mejor dicho, muy bien.
Si quieres triunfar, si quieres hacer dinero de repente, tienes tres caminos: Político, Pelotero o Traficante. ¿Cuál eliges?

7 de febrero de 2010

Poema para Haití (Javier Gutiérrez)

En Puerto Rico vive un hermano nuestro mercedario que tiene una sensibilidad especial y una forma magistral de comunicar las cosas a través de la poesía. Se llama Javier Gutiérrez y en estos días he estado con él y me ha enseñado una poesía que escribió hace unas semanas cuando el terremoto de Haití. Con su permiso, la comparto con vosotros:

El temblor impío destrozó sus vidas
agitando el suelo con furor letal.
La campiña yace como tumba fría,
los escombros cubren lo que fue ciudad.

Cantan las campanas repicando altivas
la tonada muerta del que muerto está.
Huérfanos y viudas lloran la partida
del que fue esposo, del que fue papá.

¿Dónde están los niños que cantaban risas
con el tierno juego de su tierna edad?
¿Dónde los adultos con su eterna prisa
por llevar ansiosos de su casa el pan?

La despensa austera se quedó vacía.
Un sepulcro cubre lo que fue ciudad.
Sólo queda un rayo de esperanza tibia:
el Amor se tiene si el Amor se da.

                                                Javier Gutiérrez

Hoy atracaron a la hermana Negrita

Hoy es Domingo. Por eso, esta mañana fui a la parroquia a la Misa de 8:30. Al llegar allí, algunas personas estaban un poco alteradas y nerviosas. Entraron en la Sacristía y empezaron a contarnos que hacía aproximadamente una hora la hermana Negrita había sido atracada y agredida al lado de nuestra casa, en un pequeño puente que atraviesa una cañada. Nos explicaron que estaba bien, y que lo que tenía era un hombro fracturado y un susto inmenso. Parece ser que cuando el atracador a mano de pistola le pidió el bolso ella se resistió y la tiró al suelo.
Negrita es una señora de nuestra parroquia, que tiene 72 años y que lo único que quería hacer era ir a Misa para animar los cantos de la celebración, ya que ella es la encargada de entornar las canciones. ¿Qué podía llevar en el bolso: un cancionero, una Biblia? ¿tanta era la desesperación del ladrón? -No sé.
Luego la gente comentaba que seguramente el atracador había sido un "Tiguere" (deformación de la palabra "tigre"). Os explico: los tigueres aquí son jóvenes de barrio, que no tienen oficio ni beneficio, que hace tiempo que dejaron la escuela o que nunca pasaron por ella, y que su hábitat natural es la calle. Muchos de ellos están enrolados en bandas callejeras o mafias que trafican con droga.
Creo que es injusto lo que le ha ocurrido a esta señora de nuestra parroquia y que ha sido la última víctima de un sistema injusto y corrupto. Y os explico por qué. Los tigres son los reyes de la calle porque la Policía no interviene y mira hacia otro lado, ya que ellos no se juegan la vida por cuatro perras que cobran. Si los policías se tapan los ojos, no os digo nada los políticos. Éstos no sólo se hacen los locos, sino que algunos de ellos están asociados con los grandes traficantes del país. Si los tigres llevan este tipo de vida, entre otras cosas, es porque no hay empleo; porque nadie, o muy pocos, se preocupan de la juventud, de buscarles un futuro digno, de ofrecerles talleres ocupacionales... y vendiendo droga sacan más dinero, y de forma más rápida, que si estuvieran trabajando.
Hermana Negrita, rece por el joven que hoy le atracó, probablemente nadie ha rezado nunca por él, y más grave aún, probablemente nadie le ha dicho todas las buenas cualidades que tiene, y se empeña en sacar su peor cara, su odio y su rabia ante personas indefensas e inofensivas.
Póngase bien, mi hermana, la necesitamos en la parroquia.

4 de febrero de 2010

Una ruta en Concho

¿Alguien se acuerda cuando en España se montaba toda una familia de 7 u 8 miembros en un 600 y cabían? -Cuando miramos hacia atrás y recordamos eso nos parece increíble.
Pues yo he vivido hoy algo parecido. Os cuento:
Aquí existen unos carros (coches) que realizan una ruta fija y que recorren una misma calle de arriba a abajo. Se llaman "Conchos". Pues esta mañana cogí uno de ellos porque tenía que ir con un compañero al Banco. Y todo ha sido como de película de Almodóvar, aunque luego comentándolo con mis hermanos dominicanos me decían que todo eso aquí es de lo más normal.
El carro, para empezar, parecía más propio para el desgüace que para transportar personas. Hacía tiempo que no se sabía el color del vehículo y las aboyaduras que tenía en la chapa hacían adivinar que en más de una ocasión había sido acariciado por otro carro.
Al ir a montarnos en el carro vi que el conductor estaba fuera con el capó abierto y estaba revisando algunas piezas del carro que no parecían estar demasiado bien. Después de 5 minutos nos montamos mi compañero y yo. Pero no estábamos solos. En la parte de adelante, junto al conductor, estaban dos chicas más, y en la parte de atrás estábamos compartiendo asiento un militar, un secretario de oficina y dos frailes. En total éramos 7, incluido el chófer. Al intentar cerrar una de las chicas la puerta de adelante, empezó a pegar portazos, ya que aquella puerta no parecía encajar. Después de varios intentos aquel trozo de chapa a la que llamaban puerta encajó y pudimos comenzar a rodar. Atrás íbamos algo apretaditos, porque ninguno de los ocupantes estábamos a dieta, y pensé: "menos mal que sólo es un ratito". Lo que más me sorprendió es que se creó un clima de familiaridad al instante y todos íbamos hablando unos con otros. Pero, como ocurre en tantas ocasiones en las que las personas se conocen poco, los temas de conversación giraron en torno al tiempo, la política y el deporte (en este caso, beisbol).
Al final llegamos a nuestro destino, pagamos nuestra tarifa: 35 pesos (0,70 €), y nos bajamos de aquel carro.
Después comentándolo con mi compañero ya me dijo que eso era lo más normal en Santo Domingo, que así iba mucha gente a trabajar, a la universidad, a recoger a sus hijos al colegio... Increíble, pero cierto.

1 de febrero de 2010

Un Mango para Mª Ángeles, nuestra cocinera de Valladolid

Hola, Mª Ángeles, ¿cómo van los cacharros y pucheros por Pucela? ¿tratas bien a esos frailes? -Espero que así sea y que los trates tan bien como me trataste a mí.
Te quería escribir porque mucha gente me ha ido preguntando en estos meses que llevo en Santo Domingo si se come bien en estas tierras, si las comidas saben igual, si se cocina de la misma forma que en España, etc... Y como sé que es complicado responderles a todos, te lo voy a contar a ti, que como andas entre los fogones, vas a entender bien algunas cosas que degustamos por aquí.
Lo que voy a hacerte será una lista de la compra con productos típicos de aquí. Luego me contarás si los encuentras por las tiendas del Barrio de La Victoria y si sabrías preparar alguna comida con eso, ¿de acuerdo? -Pues ahí va:
     - Tayota
     - Arroz (esto es plato obligado todos los días, como el pan en España). Ya sabes quién no comería esto nunca.
     - Guandules
     - Tostones (plátanos o guineos fritos)
     - Papas (estas son nuestras patatas)
     - Batatas (sabe así como a castañas)
     - Chivo: es muy curioso cómo lo compras. Tienes que ir a una calle o una carrtera y en la acera o en la cuneta eliges el chivo que quieres y allí mismo te lo matan, para que veas que no te engañan, ya que existe el rumor de que algunos venden carne de perro en lugar de chivo.
     - Yuca
     - Dulce de habichuela (riquísimo, sabe como a chocolate)
     - Dulce de coco
     - Sancocho
     - Mofongo
     - Lechosa
     - Guayava
     - Ñame
     - Yautia
Y finalmente están los jugos de frutas que aquí preparan:
     * Jugo de Chinola
     * Jugo de Piña
     * Jugo de China
     * Jugo de Zanahoria
     * Jugo de Plátano
     * Piña Colada
     * y, por supuesto, Jugo de Mango
Como ves, Mª Ángeles, la variedad es mucha, y te aseguro que todo está riquísimo.
Espero que si lees este mango justo antes de comer no se te cree un agujero en el estómago del hambre que te entra.
Mañana cuando vayas por Sarturno 21 puedes preparar algunas de estas cosas y ya me dirás que caras ponen mis hermanos mercedarios.
Un beso y sigue preocupándote así de bien del alimento corporal de esa comunidad mercedaria, porque del alimento espiritual ya se encargan ellos.
Fdo.: El Mangante Supremo