15 de enero de 2010

Un mango para mi hermano Emilio

Querido hermano, ¿cómo van las cosas por ahí? -Espero que bien.
Te quería mandar un mango a raíz de todo lo que está ocurriendo en Haití, y las consecuencias tan terribles que ha originado el terremoto del martes. Y he pensado en enviárelo a ti, porque sé que tú sabes poner bien un ladrillo encima de otro, hacer la mezcla de cemento necesaria para ir levantando una casa y que no se caiga. Ahí está el quiz de la cuestión: "y que no se caiga".
Con motivo de este desastre natural que ha golpeado y desestabilizado los cimientos de Haití, estoy preguntándome a mí mismo y a Dios por qué pasan estas cosas tan tremendas. Y una respuesta que me viene a la mente es que quizá no se ha hecho todo lo suficiente para poder evitarlo. Cuando alguien ve las imágenes se encuentra con casas totalmente destruidas, venidas a abajo, donde no se sabe hasta dónde llega el tejado, hasta dónde la pared, las puertas o las ventanas. Y es que quizá cuando se construyeron nadie pensó que esto podría ocurrir y poner el remedio necesario para que no se origine un desastre de estas dimensiones.
Alguien puede decirme: "también se ha derrumbado la catedral o el Palacio Presidencial", -pues la respuesta es la misma: "no ha habido una planificación".
Yo no entiendo de albañilería ni soy arquitecto, pero creo, Emilio, que hoy en día hay medios para que los edificios resistan todo lo posible a un temblor de tierra, ¿me equivoco?
Y, ¿por qué esos medios no se han puesto en práctica en este país? ¿quizá, una vez más, porque son pobres? ¿quizá, de nuevo, porque a nadie le interesa Haití y la vida de los que lo habitan?
Lo que más me preocupa es que probablemente, a pesar de todo el desastre que han sufrido, las cosas seguirán igual o peor, y muy pocos buscarán la manera de reforzar esas casas, donde viven personas..., sí, sí, personas.
En España hemos vivido terremotos de esas magnitudes o cercanas al que ha tumbado Haití, y, sin embargo, las consecuencias no han sido tan desastrosas. ¿Cuál será la razón?
No sé si te sobrará por ahí un saco de cemento, un par de ladrillos o una viga resistente, pero si así fuera, mándala para Haití, seguro que cuando empiecen a reconstruir sus casas van a necesitar todo eso... y mucho más. Te lo digo a ti que eres sensible a los problemas de los demás y tienes un corazón generoso.
Bueno, Emilio, este mango que te envío es algo amargo, pero la realidad es dura y no puede adornarse ni dulcificarse. Prometo enviarte pronto alguno más dulce.
Besos y abrazos para ti y para la familia.

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